La época de la educación del pensamiento: del conocimiento teórico al conócete a ti mismo
Abstract
¿Es posible educar a un hombre virtuoso? Esa es la cuestión que guía estas reflexiones. Si las ciencias particulares, emparentadas con la producción del pensamiento, no son capaces de problematizar la cuestión de la libertad, ellas tendrán que responder a nuestra pregunta por la negativa. Cuando se ha obtenido la virtud de saber cómo actuar en situaciones adversas, se expone la insuficiencia de los imperativos morales. Con más profundidad que esa indeterminación, el escándalo original de la vida consiste en encontrarse con el don de la existencia. Una ofrenda que nadie ha pedido, pues no hay yo que asista a su comienzo. Llegamos a un ambiente que nos es extraño y mitigamos su extrañeza a través de los valores que se han fijado en nuestro mundo circundante. Así, la tierra en general comienza a tornarse familiar. Esta inmediatez con la que es accesible el planeta se lleva a práctica en el hombre que confía ingenuamente en la consistencia de lo real. Sin embargo, si él se mantiene en los hábitos que le dictan cómo «se» actúa, jamás descubrirá lo que un movimiento de libertad originaria le tiene reservado. Es así que el acceso a la esencia de la vida debe coincidir con la posibilidad de replantear libremente los valores que comparte una sociedad. Esta reconstrucción debe ser pensada como un «segundo nacimiento» tan profundo, que el yo asiste por vez primera a su comienzo. Así, dado a una conciencia de experiencias subjetivas, el mundo es vivido por un ser que sabe actuar. Con este saber práctico nace el hombre virtuoso o sabio, el único que, al conocerse radicalmente, se opone a la orientación del pensar. Is it possible to educate a virtuous man? That is the question that
guides these reflections. If the individual sciences, related to the production of thought, are not able to problematize the issue of freedom,
they will have to answer to our question in negative way. When we have
obtained the virtue of knowing how to act in adverse situations, the failure of moral imperatives is exposed. Deeper than this indeterminacy,
the original scandal of life consist to find the gift of existence. Anybody
has asked for this offering because nobody attends to his beginning.
We arrived to an environment that is foreign to us and one mitigates
its strangeness through the values that have been set through our surrounding world. Thus, the earth in general starts to become familiar.
This immediacy with which the planet is accessible to us, takes practice
in the naively man who trusts in the consistency of reality. However, if
he stays in habits that dictate “how to act”, he never will be able to discover what an original freedom movement has for him. So, the access to
life must match with the possibility to freely rethink the values shared
whit the society. This reconstruction should be thought as a “second
birth”, so deep, that one attends for the first time to its beginning. Thus,
given to a conscience of subjective experiences, the world is experienced
by a being who knows how to act. With this practical knowledge the
virtuous or wise man is born, the only one how radically opposes to the
orientation of thinking.