FACULTADES, ESCUELAS Y POSGRADO

Permanent URI for this communityhttps://repositorio.lasalle.mx/handle/lasalle/112

Browse

Search Results

1 - 3 of 3
  • Thumbnail Image
    La actual fiesta de la fe en Pachuca Hidalgo, en su experiencia a San Francisco de Asís
    Arroyo Mosqueda, Arternio (Universidad La Salle México, Dirección de Posgrado e Investigación, 1994-01)
    Entre Cañadas y Ventarrones: Pachoacan Los barrios, colonias y poblados de la capital hidalguense, huelga afirmarlo, no son sino el material Socio espacial con el que se nutre, reconoce y define aquella. Pachuca ha sido identificada como asentamiento prehispánico poco trascendente, tomando en cuenta aún, su repetida personalidad subordinada a centros políticos lejanos, caso notable al de México- Tenochtitlan, en vísperas de la conquista europea (1:6105). Como traza colonial española, inició con actividades agropecuarias inmediatamente después de la caída del imperio mexica, para configurarse en adelante, a partir de la mitad del siglo XVI, en centro esencialmente minero (1:6105). Por tal razón, la estructura del poblamiento habría de quedar fuertemente constituida por zonas de trabajadores, en un inicio idomulatas y, posteriormente mestizas. Estos espacios de residencia se fueron estableciendo, principalmente al norte de la actual ciudad, en las faldas de los cerros, dado las características topográficas del área y las exigencias del trabajo. Así, los núcleos vecinales mineros quedarían dispuestos irregularmente entre los macizos del cerro la Magdalena y el San Cristóbal, amén de separados por una cañada, cuya cicatriz dividiría aún, el escaso terreno llano de la otrora Alcaldía Mayor. La capital hidalguense, asentamiento relativamente cercano de la capital del país (unos 90.0 Km. al norte del D.F.), no alcanzó el esplendor urbanístico que otros centro mineros, precisamente por su cercana con la Ciudad de México (2:12). En este caso, puede decirse que Pachuca adquirió sólo el papel de centro de producción minero, más que el de manufacturero, destacándose por ello como comunidad minera, estructurada principalmente, en barrios de diversa densidad, aunque particularizados por la identidad asumida por cada uno de ellos, siguiendo elementos laborales y culturales, muchos de ellos resultantes de la combinación entre lo rural y lo urbano, en tanto un buen número de mineros tendría su origen en la Huasteca y la Sierra.
  • Thumbnail Image
    La actual fiesta de la fe en Pachuca Hidalgo, en su experiencia a San Francisco de Asís: II costumbres y realidad social
    Arroyo Mosqueda, Arternio (Universidad La Salle México, Dirección de Posgrado e Investigación, 1995-08)
    Los fenómenos socio-culturales colectivos identificados como fiestas tradicionales en México, forman un amplísimo marco de manifestaciones de acuerdo a entidades, regiones, localidades y grupos sociales involucrados. En este sentido se ha diferenciado entre celebraciones urbanas y rurales, mestizas e indígenas, a la vez que entre festividades cívicas y religiosas (particularmente católicas). la última diferenciación procura indicar un rasgo profundamente ideológico (utilizamos la categoría ideología, a manera de connotación del sentido que le dan a la vida los individuos), en las que se involucran las celebraciones, de tal suerte que sea posible reconocer lo clerical y lo laico o secular. Sin embargo, es curioso observar que ambos tipos de expresiones llegan regularmente a intercalarse en la vida de las comunidades, funcionando mediante mecánicas opuestas. Los ejemplos clericales se mueven, por lo tanto, en razón de una fórmula cultural sedimentada entre un colectivo. En el otro caso, actúan según los estímulos que el Estado imprime a través de sus organismos e instituciones, particularmente las educativas.
  • Thumbnail Image
    La actual fiesta de la fe en Pachuca Hidalgo, en su experiencia a San Francisco de Asís: II costumbres y realidad social
    Arroyo Mosqueda, Arternio (Universidad La Salle México, Dirección de Posgrado e Investigación, 1995-01)
    Los fenómenos socio-culturales colectivos identificados como fiestas tradicionales en México, forman un amplísimo marco de manifestaciones de acuerdo a entidades, regiones, localidades y grupos sociales involucrados. En este sentido se ha diferenciado entre celebraciones urbanas y rurales, mestizas e indígenas, a la vez que entre festividades cívicas y religiosas (particularmente católicas). la última diferenciación procura indicar un rasgo profundamente ideológico (utilizamos la categoría ideología, a manera de connotación del sentido que le dan a la vida los individuos), en las que se involucran las celebraciones, de tal suerte que sea posible reconocer lo clerical y lo laico o secular. Sin embargo, es curioso observar que ambos tipos de expresiones llegan regularmente a intercalarse en la vida de las comunidades, funcionando mediante mecánicas opuestas. Los ejemplos clericales se mueven, por lo tanto, en razón de una fórmula cultural sedimentada entre un colectivo. En el otro caso, actúan según los estímulos que el Estado imprime a través de sus organismos e instituciones, particularmente las educativas.